miércoles, 25 de noviembre de 2015


¿Qué diferencias hay entre radioterapia y quimioterapia?





 

- La quimioterapia y la radioterapia son los dos tratamientos más frecuentes contra el cáncer. Se emplean, según el caso, por separado, uno a continuación del otro, o juntos.
La radioterapia es uno de los tratamientos más antiguos para tratar el cáncer. Los rayos X y el radium, un mineral radioactivo, fueron descubiertos a finales del siglo XIX por el alemán Roentgen y el matrimonio francés Curie, respectivamente. Pronto se comprobó que la radiación, aunque a grandes dosis resultaba mortal, podía detener el crecimiento de los tumores si se aplicaba de manera controlada.
A principios del siglo XX ya se empleaban unidades de rayos X para tratar cánceres de mama inoperables. El linfoma de Hodgkin fue la primera enfermedad maligna que se pudo curar mediante el empleo exclusivo de la radiación. Durante la seg llevar efunda mitad del siglo XX aparecieron las unidades de cobalto 60 y, después, los aceleradores lineales, que permite eficazmente la radiación a zonas profundas del organismo sin dañar la piel.
La radioterapia es el uso médico de las radiaciones. En esencia, la radiación viene a ser un rayo de energía que cruza el organismo de parte a parte, como la luz un vidrio o las ondas de la radio los muros de nuestras casas. En su trayecto a través del cuerpo, la radiación transmite parte de su energía al ADN de las células, la molécula del código genético, produciéndole daños irreversibles que terminan matando a la célula. Esto sucede tanto en las células normales como en las cancerosas.
Sin embargo, la radioterapia mata muchas más células enfermas que normales por dos motivos: En primer lugar, las células malignas se multiplican con gran rapidez. Para ello necesitan el ADN continuamente y, por eso, son mucho más sensibles a la radiación que las células de los tejidos normales, que o se dividen lentamente o no lo hacen en absoluto.
En segundo lugar, los oncólogos no emplean un solo rayo de radiación, sino dos o más, calculados para cruzarse justamente donde está el tumor. En ese punto, la potencia de los rayos se suma y el efecto de la radiación es máximo.
Aunque en algunos casos se irradia todo el cuerpo, la radioterapia se usa casi siempre sobre un punto concreto del organismo como, por ejemplo, una glándula mamaria, un conjunto de ganglios o algún hueso. Por eso, los efectos adversos de la radioterapia dependen del lugar donde se aplique. Por ejemplo, la radiación aplicada en un brazo podría no ocasionar ningún síntoma, mientras que la misma dosis empleada en la pelvis es posible que irritara la vejiga o el recto.










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